Corría el año 1993, cuando un veinteañero Ian Murdock, estudiante universitario en la Universidad de Purdue, presentaba el manifiesto de Debian y daba comienzo al desarrollo de la distro madre de buena parte de las actuales. Hoy en día, a partir de un pequeño proyecto para crear una comunidad alrededor de una distribución GNU/Linux, hemos llegado a una aproximación mayor a la idea del Sistema Operativo Universal que se buscaba en inicio, ya que con la libertad siempre por bandera, hoy es posible usar Debian con el núcleo Hurd, o NetBSD, por ejemplo.
Mucho le debemos a esa idea original de Ian Murdock, que nombró a su proyecto a partir de su propio nombre y el de su novia en aquel entonces (Deborah), ya que la paquetería .deb fue uno de los primeros intentos serios en esa época por facilitar la instalación de binarios en una distribución. Pero no ha sido la única. Poco os tengo que decir de la roca Debian que no se haya dicho ya en Internet. Nuestro servidor, por ejemplo, está instalado en Debian Jessie.
Me gustaría recalcar aquí el hecho de que Debian es la única gran distribución (las otras son SLES, RHEL y Ubuntu) que depende por entero de una comunidad. Podéis argumentarme que Fedora o OpenSUSE también son comunitarias, pero estas tienen un gran apoyo económico detrás de Novell y Red Hat. Y es un proyecto verdaderamente comunitario. Fuera de las polémicas recientes, como las habidas en torno al fork Devuan debido a la adopción de Systemd, lo cierto es que el funcionamiento de Debian sigue una mecánica compleja pero en la que las decisiones se toman libremente y por consenso. Es también de los pocos proyectos de software libre en el que no hay una figura de "dictador benévolo", como es por ejemplo el papel de Linus Torvalds en el proyecto Linux o el de Mark Shuttleworth en Ubuntu. Y eso se lo debemos directamente a Ian Murdock, que en 1996, el año en el que se lanzó la primera versión estable de Debian, decidió apartarse de la dirección como Líder del Proyecto Debian, en favor de Bruce Perens, además de preocuparse de sentar contrapartes al poder del líder del proyecto Debian, ya que son los propios desarrolladores los que eligen a un nuevo líder de proyecto.
Además, Ian Murdock trabajó para Sun Microsystems hasta que la compró Oracle (con tan mal resultado para nuestra comunidad), para Salesforce y últimamente para Docker. Y llegó a ostentar el cargo de CTO (director de tecnología) de la fundación Linux.
Desde aquí, al igual que desde cada rincón de la red en el que tenemos al software libre por bandera, nos sumamos a las condolencias a la familia y lamentamos profundamente su muerte. Por suerte, su mayor regalo seguirá vivo muchos años. Por Ian y por Debian.
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