Integrar un soporte de vídeo en tus lecciones no es una elección anodina y te proponemos algunas pistas de reflexión para iluminar tus elecciones relativas a los materiales pedagógicos. En el resto de este artículo te explicaremos por qué es bueno hacer un vídeo tutorial para tus clases.
Cuando se habla de los documentos que un profesor pone en su secuencia pedagógica, hay que hacer una distinción entre lo que se refiere al apoyo de curso y al apoyo de aprendizaje. El soporte del curso es lo que va a apoyar el discurso del profesor durante una sesión y que facilitará la comprensión del alumno durante el cara a cara pedagógico.
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Los materiales didácticos más difundidos son el cuadro en el que el profesor puede escribir y dibujar según sea necesario para ilustrar su discurso o la presentación en PowerPoint, que cumple la misma función al permitir ilustrar una presentación con gráficos, fórmulas, ideas clave. Son escritos, visuales o ambos, ya que la parte auditiva es asumida por el discurso del maestro durante la sesión.
El soporte del curso es, por lo tanto, por naturaleza incompleto, ya que no puede existir independientemente de la exposición del profesor. Es útil en la presentación del profesor y puede completar notas del curso, pero no es un medio independiente. El apoyo de aprendizaje es lo que va a apoyar la comprensión del alumno en las fases de aprendizaje en las que el profesor no está presente.
Los materiales de aprendizaje más difundidos son escritos o visuales. El soporte de aprendizaje es, por tanto, por naturaleza autoportante, ya que puede existir independientemente de la exposición del profesor. Puede constituir tanto el soporte pedagógico central, si no hay sesión presencial, como un complemento al soporte de curso para facilitar la asimilación de los conceptos, si hay sesiones presenciales. El vídeo es un medio de aprendizaje y se distingue por su naturaleza audio y visual. Grabar un tutorial en vídeo es una buena manera de ayudar a los estudiantes. Además, con herramientas como Movavi Screen Recorder, es mucho más fácil realizar esta tarea.
Cada medio tiene propiedades cognitivas intrínsecas (escrita, visual o auditiva) que se adaptan a contextos pedagógicos y a fases particulares del aprendizaje. Por lo tanto, es más prudente pensar en términos de complementariedad de los tipos de apoyo pedagógico que en términos de sustitución pura y simple. Un documento escrito es útil para exponer en detalle los vínculos abstractos y conceptuales que explican un fenómeno. La memorización es lenta, pero se hace en profundidad.
Un documento visual es útil para representar rápidamente fenómenos complejos en su globalidad. La memorización es rápida, pero sigue siendo esquemática. El audio completa tanto lo visual como lo escrito. En parte retoma lo escrito, pero de manera más sintética y por lo tanto más asequible para facilitar la comprensión. Como medio de aprendizaje audiovisual, el vídeo permite al alumno:
consultar una sesión de clase parcial o completa si es necesario;
adaptar el discurso del profesor a su ritmo;
aprehender representaciones espaciales dinámicas o complejas;
seguir de forma autónoma una explicación del profesor sobre un punto preciso.
Cuando se piensa en crear vídeos para enseñar, se imponen dos dimensiones: el tiempo de preparación necesario y la eficacia del aprendizaje. Dos fórmulas son técnicamente posibles: el curso filmado y la cápsula de vídeo con guion. El curso filmado es la captación de una sesión de clase tradicional del profesor. La cápsula de vídeo con guion como su nombre indica es un video corto que se ocupa de una parte específica del curso. Numerosos estudios han demostrado que cuanto más corta sea la duración del vídeo, más fácil será para el alumno retener lo esencial y mantener su atención.
