Mi debut en el mundo del software libre, en especial de GNU/Linux es reciente, hace pocos tres años que estoy usando alguna distro en mis computadoras. La primer experiencia fue mas o menos así: en la universidad estaba con mis compañeros tratando de manejar una aplicación necesaria para las clases, una especie de IDE llamado Notepad++, cuando por cuestiones extrañas, mi netbook (hp mini) deja de funcionar. Hoy Octubre de 2016 descanse en paz.
Corriendo Windows 7 Starter, esta pequeña maquina con 1GB de RAM no podía correr cosas como Photoshop o editores de video. Cansada de un maquina lenta, limitada en recursos y vulnerable a virus y malware, decidí probar por varios días mi primer distro de GNU/Linux.
Todo empezó documentandome sobre el tema, al principio tenia una idea errónea de lo que era GNU/Linux, que solamente llamaba "Linux", pensaba que era una especie de programa enorme que se ejecutaba en toda la computadora (que tonto), es decir, ocupaba de alguna manera toda la interfaz dejando de lado a Windows.
Al invertir un poco menos de dos semanas de documentarme, decidí que lo mejor sería probar Ubuntu (por ahí de la versión 12 u 11, no recuerdo). Ubuntu venía en ese entonces con un GNOME decente y aplicaciones fabulosas como GParted para gestionar particiones y el GIMP que siempre usaba para editar mis fotos de gatos.
Con la ISO en mano, una flash de 4GB y mucha paciencia inicio el proceso. Lo usual: grabar la imagen en la memoria, algo sencillo que un blog me ayudo a hacer. Miedo, o tal vez precaución es lo que sentía, no quería dañar mi preciada netbook, así que con cuidado y pensándolo dos veces cada paso que hacía, resulto agradable esperar 10-20 minutos durante un amigable proceso de instalación (yo diría, sin ofender, mejor que Windows), al terminar la instalación ya tenía mi portátil un dual-boot, o sea, corría dos sistemas operativos a elegir al encender la computadora.
Te animo a probar GNU/Linux (de hecho me da igual que lo llames Linux, se que con el tiempo, tomándole cariño, le terminaras llamando del nombre correcto, dándole créditos al Dr. Stallman y su proyecto GNU).
No se si sea mi culpa porque corre sangre nerd en mis venas o porque GNU/Linux realmente es bueno, pero con el tiempo pase a dejar a Windows de lado. Tengo todo lo que necesito a la mano: un IDE decente, una aplicación de edición de fotografías y dibujo, una suite ofimática libre y gratuita y un reproductor multimedia poderoso.
Para mi, eso era todo lo esencial. A la terminal, nunca le tuve miedo, quizá porque era normal usarla también con Windows (por ejemplo, borraba, creaba y resolvía problemas desde CMD en Windows, más fácil y rápida para mi que la opción gráfica). Acostumbrada a la terminal, se dio un cambio en mi que quizá esperaba, era adicta a la configuración del sistema.
Husmeaba en el sistema de archivos, pase noches enteras explorando los directorios ocultos que descubrí por accidente (y me gusto mucho ese accidente). Recuerdo que lo primero y más me gusto fue editar la terminal, puesto que la usaba casi diario, quería que se viera linda.
Entonces manos a la obra, abrí el archivo .bashrc y cambíe parámetros que un tutorial me explicaba: colores, fuentes, trucos, atajos, alias, mensajes, imágenes de fondos y un largo etc.
Casi una semana editando la terminal, ahora paso a configurar las opciones del sistema. Cuando empiezo a ver decenas de posibilidades de gestores de ventanas, navegadores y editores de texto se hace agua la boca. De ahora en adelante me emocionaba la idea de configurar algo, el virus de la configuración en GNU/Linux me había infectado.
Hablando de seguridad, en esos tiempos no me la tomaba tan en serio (error), solamente conocía los bloqueadores de publicidad y el firewall llamado UFW. Era usual mi uso de Firefox, pero después probaba Opera u otros. Respecto a la seguridad me mantenía en lo básico: firewall activado, bloqueadores de anuncios, telnet desactivado, evitar instalar cosas no-oficiales o de fuentes extrañas.
Las aplicaciones por defecto en Ubuntu son buenas, el LibreOffice y el navegador web, pero cosas que no me parecían buenas las quitaba. Por ejemplo, si instalas Ubuntu considera quitar Amazon, los "lentes" de aplicaciones, aplicaciones de torrents si no las usas. Busca tutoriales para mejorar el rendimiento del sistema ya que Unity no va bien con equipos portátiles de bajos recursos (lease poca RAM, gráficos pobres y procesadores antiguos).
En general fue satisfactorio, no me arrepiento de conocer GNU/Linux. Si he pasado por problemas, he gastado semanas solucionandolos, incluso llorando. Una vez pague para formatear la portátil porque el GRUB se rompió.
Pero con el tiempo fui aprendiendo a hacer casi todo. Linux me enseñó a ser dueño de mi computadora, cosa que con Windows u OSX se toma mucho tiempo en hacer y no del todo es configurable, pero es posible hasta algún punto.
No odio Windows, es un sistema que no puedo manejar simplemente, no va conmigo y me da un poco de asco pero funciona y es configurable, no amigable, pero si un poco malvado. Me ha tocado dar soporte a Windows 10, literalmente, me dan ganas de vomitar.
Dejando de lado mi actitud fangirl, prueba GNU/Linux como una alternativa eficiente, que será quizá de gran aceptación si los usuarios conocen más de este sistema operativo. Es amigable, difícil al principio, no es para todos pero dale una oportunidad.
